por Ariane Mnouchkine
Directora teatral de la compañía Teatro del Sol
¡Socorro!
¡Teatro, ven a socorrerme!
Duermo, despiértame.
Estoy perdido en la oscuridad, guíame, al menos hacia una vela pequeñita.
Estoy perezosa, averguénzame.
Estoy fatigado, levántame.
Estoy indiferente, golpéame.
Sigo indiferente, rómpeme la cara.
Tengo miedo, dame coraje.
Soy ignorante, edúcame.
Soy monstruosa, humanízame.
Soy pretencioso, hazme morir de risa.
Soy cínica, desconciértame.
Soy estúpido, transfórmame.
Soy mala, castígame.
Soy dominante y cruel, combáteme.
Soy pedante, búrlate de mí.
Soy vulgar, cultívame.
Estoy enmudecida, desátame.
Ya no sueño, trátame de cobarde o de imbécil.
He olvidado, lanza sobre mí la Memoria.
Me siento vieja y sosegada, haz que salte la Infancia.
Soy pesado, dame la música.
Estoy triste, ve a buscar la Alegría.
Estoy sorda, haz aullar al Dolor como una tempestad.
Estoy agitado, haz que se eleve la Sabiduría. Soy débil, ilumina la Amistad.
Soy ciego, convoca a todas las Luces.
Estoy sometida a la Fealdad, haz entrar a la Belleza que conquista.
He sido reclutado por el Odio, haz que dé todas las fuerzas del Amor.
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